El viaje y la recalada del pájaro de aluminio,
en el salvaje aeropuerto,
con las gentes saltando de puerta en puerta,
¿que personas irán a la conferencia?,
¿a quien he de convencer esta vez?.
El viaje en el auto silencioso,
en un otoño nacido hace minutos,
la bruma cubriendo los rascacielos,
el sonido de los neumáticos contra el asfalto negro,
un recuerdo inquietante,
el maldito sueño de los ojos asesinos y un ¿que haces aquí Dante?.
El hotel y su acogedor hall...
tan real como los pasadizos del inferno.
Personas distinguidas – impecables entrando al salón de conferencias,
saco un cigarro y me aparto junto a una fuente de aguas saltarinas,
un querubín de bronce echando diluvios por su flauta,
la mecha y el fuego,
una chispa de escorzo...
un grito lejano,
la pausa del tiempo,
siento que la realidad se ahoga en una fosa de liquido espeso,
un fugaz hundimiento y un temblor,
el querubín cruje,
gira su motuda y pequeña cabeza,
los ojos negros asesinos se abren,
“¿Que haces aquí Dante?”.... vuelve a preguntar en un lenguaje irreproducible.
No estoy despierto. |