Garabateas unos dibujitos, mientras hablas de Hassam i Sabbah. Me siento perdida, me intimidas con tu imponente humanidad, como si fueras un hombre del renacimiento que abarcase la sabiduría de la vida con la naturalidad de quien guarda dentro de si al niño eterno.
Pasan clases y clases, de vez en cuando aparcamos un rato el trabajo y nos desviamos por otros caminos. Nos resulta difícil compartir con otras personas, a ti porque eres un erizo que no permites el paso a las partes blandas y jugosas de tu alma a mí, porque un dolor me inutilizó durante ocho años.
Y más clases ...Me enseñas a amar a Yukio Mishima.
Recuerdo la primera vez que " We had a lunch" en mi casa y preguntas, con la candidez de un niño, si podías volver a la semana siguiente. Encantada dí un si y apareciste acompañado de Petite; intuí una especie de corriente amorosa, pasional se podía ver en vuestras miradas, en los silencios elocuentes que os prodigabais. Presentí la tragedia que se avecinaba, estaba tan bien cantada que parecía el libreto de una tragedia griega.
Comida tras comidas, clases tras clases, la amistad fue tomando cuerpo. Siempre Petite, tú y yo rodeados de platos exquisitos y buenos vinos. Formábamos un trío excepcional, recuerdo que Petite me llamaba "Mi abuela española"
Y ocurrió lo que estaba apuntado en el libreto, ella se fue con quien la esperaba. La desesperación te invadió hasta sumirte en una soledad dura, pero elegida.
Intuí que ella, más desprotegida me necesitaría cerca y no dudé en ayudarla, tu en cambio creíste que te traicioné, que te dejé como a una mierda.
No fue así, yo quería respetar tu retiro.
Y no hubo más que mis explicaciones y tus reproches, siempre por mails, nunca cara a cara. Nos separa un muro hecho sin palabras. Recuerdo cuanto nos gustaba amarlas, jugar con ellas.
Viene a mi memoria tu admiración por los guerreros mitológicos, te gustaba llevar esa situación de lucha a la vida diaria, como si tu admirado Hassam estuviera aún en lo alto de una duna predicando su religión asesina.
Volveremos a encontrarnos en otra guerra y la pelea será buscar la reconciliación entre un disfraz de erizo y una careta de maldad.
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