Y surqué los mares como quien dice adiós para siempre… Con la mirada al cielo busqué horizontes nuevos sin volver la vista atrás siquiera un instante. Luego entonces, la lluvia mojó aquellos sueños el viento arrastró las heridas y el sol quemó los recuerdos. Lo que yo no supe aquel día cuando partí de tu puerto fue lo que todos sabían: que tú eres el mar y yo ya estoy muerto.
Texto agregado el 19-10-2011, y leído por 325 visitantes. (4 votos)