Del verso se han servido los poetas
para cantar sus odas y elegías,
para cantarle a la mujer amada
y a la melancolía.

Con ellos han tejido sus poemas
y el aire que respiran
y han hecho grande, grande, inmensamente
la eterna poesía.

Al escribirlos sienten que una parte
del alma queda en la palabra escrita.
Un verso vale más que el universo
y menos que una flor que se marchita.

Los versos son pasiones son amores
un encuentro con Dios y con la vida
y con el corazón de cada cosa
y con la muerte misma.

El verso canta con dulzura inmensa,
al niño, al ruiseñor y a la alegría
o grita sin descanso fuertemente
contra las injusticias.

a veces escribirlo es muy difícil,
una lucha interior casi perdida,
otras veces hacerlo es tan sencillo
igual a una sonrisa.