... Y de un momento a otro, mi corazón dejó de latir sin explicación, el motivo de cada palpito se esfumó y no dejó rastro en su partida. Y nuevamente quedó solo, con el remordimiento de no poder salir de mi pecho para poder ahogarse en lo más profundo del océano. Una vez más la sangre se enfría, a cada segundo pierde su calidez y se congela en cada parte de mi cuerpo.
Mi corazón jamás ha visto la luz, pero lo convencí de que tu eras la luz que él tanto soñaba. Pero ahora me pregunta ¿Dónde se fue el color? ¿Dónde está su luz?... Me ha pedido que lo deje solo y lo despoje de mi, con cada lágrima le hice un mar, y se fue, por todas las direcciones que la oscuridad te permite. Y se hundió ahí...
Hace tiempo que ya no lo siento, ya no está en mi pecho y mi cuerpo pregunta por él.
Todo en mí se inquieta, el estrés me llena el cuerpo y lo corrompe, pretende conquistarme junto con el dolor y el desamparo. No me dejan elección, debo luchar contra ellos.
En una guerra, ambos bandos pueden ganar o perderlo todo, si tan sólo mi corazón estuviera aquí... Quiero encontrarlo, decirle que una nueva luz puede aparecer... Aun que eso signifique mentirle a él, y a mi misma, una vez más. |