Inicio / Cuenteros Locales / libermostro / Carta a mi mismo, dentro de 50 años
Ya quisiera,
pedazo de botella al mar de mis vanidades,
a mitad de camino entre la dicha y la miseria,
llegar hasta tu mente lo que se dice vivo.
Con similares ecos de voluntad o de sentido
Erguido y eyaculando
en algún costado del alma.
Aún entonces,
y luego de haber pasado por los recodos
retorcidos,
transitados
mal o bien,
pero con suficiente prestancia o temeridad
como para aún aprender algo nuevo,
o no del todo conocido.
Sin creerme suficiente ni severo.
Sin esperar el Gehenna ni la gloria.
Cansado
de
transcurrir
aunque no del todo.
Más cerca del gusano que de la manzana,
que sigue
aún
cayendo.
Cuantas veces pretendí encontrar el ombligo del universo,
el agujero del último mate y terminé reinaugurando el primer paso de ese viaje.
En el mismo lugar
donde empecé.
Y sin embargo creí llegar vivo, por lo que sin bastarme a mi mismo,
Comencé
a intentar
todo de nuevo.
Como un Sísifo tozudo, medio cuerdo y medio esclavo.
Ya quisiera, vanidad de vanidades, que este pedazo de grasa dentro del cráneo
palpitando, reverberando y chisporroteando
mantenga su abnegada tozudez
de creerse con el permiso de averiguar su propio sino,
aún justo
al borde
del abismo.
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Texto agregado el 17-10-2011, y leído por 117
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