MENSAJE DE RETORNO
Algo tan simple fui en mi vida,
un pescador de ilusiones
que se durmió en su quimera,
un eco desvanecido
al tras luz de la ensenada.
Y el viento que rondó en mi cara
no hará huella de mi ausencia
y así la lluvia que tanto amaba
tendrá otros pliegues en la bonanza.
¿Qué hay de los ojos
que a mi cuerpo vieron
e imagen no plasmaron
con la certidumbre del recuerdo?
¿De dónde escogeré hoy
los minutos que no alcanzaron
para verme envejecer en mi talla,
y el cielo que cerró la herida
con la conclusión anticipada
de los atardeceres sin mi causa?
Y cuando anónimo, al paso
e inadvertido de temores
suelo rondar mi casa,
yo voy entre los placeres
que al máximo me dio la vida.

Y que ufano me creía
en el punto centro del alma
y en la mitad de mis etapas
que anticipado doblaron
páginas para el epílogo
del mapa de mi destino
que culminó recorrido
al borde de un mar sin aguas.

En la nueva era
de los acordes silenciosos
donde circulan
los emigrantes de la tierra
y otros planetas,
tengo nuevo observatorio
para los seres que amo
y que tanto amé en su contexto
cuando palmo a beso
les disfruté en mi pasado
y a ellos fui con sumisión y cariño.

Ahora redundante soy de propósitos,
que mi sueño es,
el reencuentro,
y a la espera estoy
poseído de paciencia
que no habrá existencia
sin la era del retorno.

En el yermo azulado
que de las alturas cuelga
describo mi mensaje
para encontrar palomas,
que no es mío
el poder de la materia
sino de Dios
la voluntad suprema.

27.10.2010