¿Qué quieres ser cuando seas grande?
¡Quiero ser capitán espacial del primer viaje interestelar!
Y manejar uno de esos cruceros enormes, llevarlo por el infinito lentamente flotando hundiéndolo en la ingravidez total.
Quiero que nuestra partida se rodee de ceremonias e himnos, de sonrisas y aplausos. Que cada uno de los rostros me haga llevar el azul impregnado de esta esfera para siempre…
Un pequeño transbordador nos llevara hasta la nodriza que espera paciente en la órbita terrestre, majestuosa y señorial como si ella también supiera de la hazaña, de la importancia del momento.
Al pasar por la luna le hare un ademan con la mano; un adiós definitivo…
Visualizare esas estrellas que un día vi, y aterrizare en sus satélites de planetas muertos, pasare por las constelaciones que ella me señalaba con su dedo índice desde aquella terraza que guarda mis sueños de infancia. Mis anhelos de juventud…
Recordare uno a uno sus nombres mientras mi mente arma su voz, su tacto, su sonrisa etérea y mis recuerdos esa dulce imagen suya…
Me internare en Cynus y pasare muy despacio cuando Deneb aparezca en el horizonte galáctico, quiero que mi mirada se pierda entre su iris de fuego y excavar hasta el fondo de su núcleo. Develar sus secretos, y pedirle por aquel sueño que quedo olvidado y enterrado hace tantos años en el sur del continente.
Seguro la emoción me hará llorar, será un viaje sin regreso, pero mis ojos me agradecerán eternamente, mis sentidos cambiaran y mi percepción madurara.
Polvo residual del estallido de una supernova nos cubrirá como una espesa niebla, las luces intermitentes del crucero son el único testigo que dentro de él hay vida… sentires, obsesiones, miedos y envidias que quedan minimizadas ante la enormidad del paisaje. Ante la grandeza de un nuevo día en la embriaguez de una oscuridad completa.
Volare entre asteroides buscando agujeros de gusanos descubriendo colores estelares nunca antes vistos, tratando de descifrar la compleja estructura del universo, que por momentos me hace pensar que es un ser viviente. Y que la gravedad es como la sangre que hace que viva y el hidrogeno el aire en sus pulmones que hace que respire.
Orientare el timón hacia esa dirección donde todas las galaxias se dirigen como una procesión, como una manada escapando, buscando el límite o el origen de todo esto.
Tal vez solo vayan en busca de Dios.
Llegare al último plano, para hacer virar la nave y descubrir por fin la curvatura. Y ver lo que nunca antes nadie jamás vio.
En una galaxia lenticular vive un par de enanas blancas, a punto de apagarse… me hacen recordar por un momento nuestro sol que quedo tan atrás. Tan lejano y distante.
Aquí no hay tiempo, solo el espacio que llena nuestra insignificante existencia.
A una respetuosa distancia, gira alrededor de ellas en ceremonial silencio una pequeña esfera color gris metal.
Aterrizare ahí. Descansando en una playa bañada de nitrógeno liquido, un viento helado blanqueara la nave, mientras contemplo desde una de las ventanas con mi tripulación ese atardecer binario, saboreando la conquista, la gloria del horizonte nuevo
Al saber que mi sueño de mi niñez se cumplió.
Y que este frio que hoy congela los motores es tan distinto
de aquel que congelaba mi alma humana…
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