Sin dar vueltas, sin prolegómenos, al fin me atrevo a sentir y expresar que su figura está unida a mi ser confundidas ambas en un nombre. Se esparce un aroma al decirlo que atraviesa lunas y soles en un paisaje adherido, tan nuestro y sin verguenza, a él nos lo apropiamos. Queda en estos versos íntimos como grabados en un instante al arder como nunca antes en el poema ahora relevante.
Texto agregado el 12-10-2011, y leído por 262 visitantes. (8 votos)