Job:
(Entra a escena llorando y comienza su monólogo) Me dijiste que jamás te irías de mi lado sin antes despedirte de mí, eres un gran mentiroso, un farsante, tenías todo para triunfar y lo desperdiciaste por nada, “una gran tontería” (Suena muy tenue el tema musical) Desde que te conocí, mencionaste que solo los cobardes dejan inconclusas sus labores, que no hay derecho para atentar contra lo que la misma naturaleza te regala lo recuerdas… (se levanta y dialoga)

-¡Hola. Mi nombre es Job!, Creo que soy judío y espero ser tu amigo, espero y no te importe! (pausa)
-¡Claro!, Vivo cerca de Polanco y vengo a esta escuela pues porque, pues… Pues somos Judíos pobres sabías…jajajaja (pausa)
-¿Qué si me gusta el karate?, siii, mucho,

Como no me di cuenta, una mentira llevó a otra y otra a otra más, aún recuerdo como nos la pasábamos bastante bien en las fiestas, bebiendo cerveza y tratando de hacerte entender de que el Sabbat era una celebración y no un grupo musical… ¡Qué tonto!, Pero más tonto fui yo por no darme cuenta de las señales de alerta.

-¡No manches wey hueles a epazote!, ¿qué comiste frijoles o qué?
¡Qué mal me oí! Lo peor fue cuando te platique el cuento del árbol de las 400 voces, ¿Lo recuerdas?:
Dice mi abuelo que ese día el pueblo estaba muy hambriento y desolado por la tristeza que había dejado la guerra, hasta que de pronto y sin saber su origen Ezicar, llegó al poblado, cargado de víveres y riquezas, a partir de ese momento, en la plaza principal del pueblo se plantó un pequeño arbusto de mostaza, la semilla más insignificante y humilde, para que en su honor se recordara ese gran día… Si ya sé, ¿por qué las 400 voces? Pues fácil, pues cada persona iba a diario a implorar una oración para que nunca faltara un trozo de pan y protección en sus casas. También dice mi abuelo que cerca del árbol, Ezicar fue sepultado de acuerdo a la tradición… (sorprendido) ¿Qué? ¡Estás loco!, Pero si tú no eres héroe para que te entierren junto aún árbol. (guarda silencio) Tenías razón amigo… Si aquella tarde después del torneo de karate no hubiéramos ido a celebrar, ahora no estaría platicando contigo cerca de tu árbol de las 400 voces como todo un héroe.
FIN