Porque a veces fijamos nuestra felicidad en metas imposibles, nos obcecamos en el cumplimiento de fines ya caducados, y con todas las convocatorias suspensas…A veces la obsesión nos roba nuestro presente y nuestra realidad.
Porque a veces es bueno saber hasta donde podemos llegar, y mirar nuestro momento, atrás, adelante y un poco al cielo porque, al igual que el GPS funciona a partir de varios satélites, también, para que la orientación del hombre funcione, son necesarios varios instrumentos, es necesario no caminar con la “visión túnel” como ocurre en la progresión del “glaucoma de ángulo abierto”.
Porque hay que perseguir nuestros sueños sin ser esclavos de ellos.
Porque, a veces, más importante que ganar, es saber perder, aceptar, tolerar nuestra guerra cuando no podamos contra ella.
Porque la realidad a veces es dura y pesa, pero todos tenemos nuestro trocito de cielo.
Y porque, por muy ardua que sea la situación, si queremos, podemos encontrar maravillas hasta en el vertedero, donde a veces crecen flores en las latas de ese montón que llamamos “basura”.
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