Si entre la muerte y el silencio está la soledad
que cubre de escarcha el tiempo; que se desvanece
entre pedazos de sol y coletazos de frío.
Si entre un recuerdo y la añoranza está la tristeza
que a veces es nostalgia y otras vacío
de piezas y dolores que se esconden sin tiempo.
Si hoy que despertar es morir y el dolor es angustia,
hoy que la esperanza es un aguacero lejano de otras montañas, de otros tiempos, de otra verdad.
Hoy que caminar tiene el sentido de la despedida
y callarse es la tortura de la mente;
hoy que el vértigo es más oscuro
y los ojos no buscan horizonte.
Hoy quiero desvanecerme en el viento como hoja, como polvo;
encontrarme con el cielo que no veo y arrastrarme en el suelo que no siento.
Quiero despedazarme en medio de la verdad, ser libre fuera de mi, de ti… de todos.
Hoy añoro el sin sentido, la pasividad, el equilibrio, el pedazo de paraíso que la manzana nunca nos robó; el leve momento en donde somos ángeles, guerreros, redentores.
Hoy no abro las alas, dejo caer los brazos,
hoy mi caída es el encuentro con mi arquitectura, con mi frialdad, con mi vacío y no veo el fondo,
solo el pasado.
Hoy que no quiero que sea mañana,
solo cierros los ojos y busco un refugio eterno,
que destruya mi cárcel de mil retazos,
y reclame con caricias lo que destruyó el tiempo.
|