(Prólogo a modo de introducción a la época en que se desarrolla esta zaga, que se inicia cincuenta años después de la desaparición de “ Los Pincheira")
La verdadera historia de Los Pincheira
No fueron los Robín Hood del campo ni un grupo de vulgares forajidos. Los hermanos Antonio, Santos, Pablo y José Antonio Pincheira se alzaron contra las tropas patriotas en 1817 y durante 15 años mantuvieron una guerrilla en nombre del rey. Asaltaron, saquearon y robaron mujeres a cambio de recompensa. Sus correrías llegaron hasta Buenos Aires y fueron un problema sin solución para el gobierno.
Por Andrés Gomez Bravo
El 10 de julio de 1829 un ejército chileno llegaba a Mendoza. Cinco días después, el gobierno mendocino -en medio de una guerra a muerte entre patriotas y realistas- firmaba un tratado en el que entregaba la seguridad de la provincia al comandante del grupo. Pero estos hombres no representaban a la naciente Republica de Chile ni portaban banderas de independencia. Al contrario, enarbolaban la defensa de la monarquía española y eran conocidos a ambos lados de la cordillera como Los Pincheira.
La leyenda los ha presentado como asesinos sanguinarios, ladrones sin cuartel y secuestradores de mujeres. "Eran peores que los del Frente", dice el ex senador Sergio Onofre Jarpa, haciéndose eco del mito.
"No fue una gavilla de bandidos; manejaban aspectos del bandidaje, como los saqueos, pero se trataba de una guerrilla cuyo objetivo era la defensa de la autoridad del rey", dice la historiadora Ana María Contador, autora de Los Pincheira, un Caso se Bandidaje Social. Editado por el sello Bravo & Allende, es la investigación más exhaustiva sobre el grupo.
Recurriendo a documentos oficiales, archivos judiciales, cartas y testimonios de ex integrantes, Ana María Contador desmitifica su historia y hace un detallado retrato de los Pincheira.
Nace la banda
La primera noticia sobre ellos es en 1817, cuando asaltan Chillán comandados por Antonio Pincheira, el Mayor. Santos, Pablo, José Antonio y dos mujeres completaban la descendencia de Martin Pincheira, empleado en la hacienda de Manuel Zañartu, en Parral.
Educados con los frailes franciscanos, los hermanos Pincheira fueron parte de la resistencia al nuevo orden que querían imponer O'Higgins y compañía.
"Es una época de gran inestabilidad. Después del triunfo patriota de Chacabuco (1817), el Ejercito realista se dispersó al sur y en toda esa zona los civiles se alzaron en armas para defender la causa del rey", indica Ana María Contador.
La historiadora recuerda que los religiosos del sector eran contrarios a los principios patriotas y se mantenían fieles a la monarquía y la iglesia. Y para los lugareños, atentos seguidores de la palabra católica, era su deber de cristianos defender al monarca. Así fue como los Pincheira se alzaron en armas.
Y no estaban solos. Recibieron ayuda económica de hacendados, como el mismo Manuel Zañartu, quien fue declarado enemigo de la patria. Clemente Lantoño, otro terrateniente de la zona, también apoyó al grupo y en 1827 todo el Cabildo de Chillán fue acusado de colaborar con los "facinerosos".
Ejército guerrillero
Si en un principio la banda la integraron principalmente campesinos, pronto se unieron otros miembros. La persecución de sospechosos realistas por parte de los patriotas y los infaltables abusos de poder llevaron a muchos a unirse a los rebeldes. Parte de la tropa independentista, "exasperada de la necesidad y falta de sueldo", según informes de la época, fue a dar también a sus filas.
De esa forma, el contingente de Los Pincheira creció y se transformo en una gran fuerza. Los informes hablan de entre 500 y 1000 hombre. En sus huestes también entraron bandidos netos, ex presidiarios y una fauna de fugados de la ley. Pero pese a ello, subraya Ana María Contador, la banda mantuvo una estructura militar, donde el mas alto rango lo ocuparon siempre los hermanos Pincheira.
Entre 1817 y 1832 asaltaron numerosas veces Chillan, Parral, Linares hasta llegar a Talca, Curicó y San Fernando. Durante dos años, y tras una emboscada patriota, se radicaron en Argentina y sus correrías alcanzaron a "Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fé i Buenos Aires", según Barros Arana.
Esa fue la época en que el gobierno de Mendoza firmo el acuerdo con José Antonio Pincheira, quien "desde el día de la fecha -dice el tratado- es reconocido en la provincia de Mendoza por tal coronel, i jefe de la Fuerza del Sud".
El inédito documento, sostiene la historiadora, revela el carácter militar y político de la banda. Es más, ella asegura que los Pincheira llegaron a establecer una suerte de comunidad social, con familias, un cura que oficiaba misa y una economía basada en el pillaje.
Asaltaban, saqueaban y raptaban mujeres a cambio de recompensa, como fue el caso de Trinidad Salcedo, por cuya libertad exigieron "una carga de vino, dos cargas de harina y 200 pesos en Plata", según consta en el archivo del Ministerio de Guerra. Y aunque su fama habla de brutales asesinatos y descuartizamiento de niños, Contador dice que no hay documentación que pruebe tamaña crueldad.
El fin
Los Pincheira fueron un problema sin solución para el gobierno. Además de los enfrentamientos armados, el Ejército recurrió a múltiples tácticas para destruirlos, desde infiltrar espías para crear intrigas entre los hermanos hasta introducir botellas de alcohol con el virus de la viruela en sus filas. Pero nada lograba resultados.
Hacia 1832 Antonio había muerto en una batalla y Santos en un accidente en la cordillera, y los Pincheira se mantenían como el ultimo bastión realista de Sudamérica. El gobierno propuso conversar de paz y José Antonio accedió. Fatal error; Manuel Bulnes aprovechó la confianza establecida y en una emboscada arrasó con ellos. Pablo fue fusilado y José Antonio escapó, pero al final se entregó.
Contratado como empleado en la hacienda del presidente José Joaquín Prieto, el último de los Pincheira murió anciano, rodeado de hijos y de leyenda.
Tomado de Reportaje de "La Tercera", edición impresa del domingo 14 de marzo de 2004.
Gracias por el aporte de: Sergio Quezada
Regina, Saskatchewan (Canadá)
|