Este que está dentro de mí
tratando de escribir algo,
se disfruta de esta vida
de una manera extraña.
Ama los insomnios extemporáneos
las palabras inolvidables,
y los inseparables silencios.
La música barroca y el café fuerte,
los susurros del camino y el amanecer.
En otra vida seguro solo fue un árbol,
o lluvia, o fogata, o viento, o nada.
Se bañó en aguas color esmeralda,
buscó asilo en un libro y lo hallo en un hijo.
Solo por despecho, decidió volver a vivir
de esta extraña manera que vive,
en el horizonte de los artilugios.
Te lo tropezaras siempre deseando
la dicha de un encuentro con vos,
en el vértigo de un ascensor
o al filo de su inocencia de soñador.
Me dijo que te lo dijera,
porque quería que lo supieras
pero, no se atreve a decirlo.
Es que en su vida está ausente
del corazón un abrazo. Y tú lo tienes.