En un puerto lejano se alza una muralla
Donde los grillos con sus acordes azoran
Mis largas noches de desasosiego.
En mis sueños a ese puerto un día arribé
Vi una mariposa en una flor posada
Asirla quise en mis manos, entre brumas durmió
Despertó mi gnosis para escribir un poema
Más desperté de mi sueño, entre ideas imprecisas
Tomé una pluma y derramé en papel mi léxico.

Me encontré en un arrecife, frío, escabroso
Sentí que allí permanecería hasta mi muerte
Más la diáfana luz del día hizo revivir mis energías
Y entre flamas vibrantes movidas por el viento
Supe que ellas vivirían en mí para siempre.
Hoy solo el silencio me acompaña, calando mi valor
Mientras los trozos de mis rimas, eran ocio al viento
Entre denuestos y reniegos solo son pretextos
Para esconder sentimientos, canciones y melodías
Despierto y, me encuentro en una costa fría, vacía
Donde se pierde el olvido y viajan los pensamientos.

Ray