A María del Pilar,
La dulce frigidez
Ya no
pero hubo una noche
y todavía no logro calcular
cuan importante puede ser el Sena.
Ya no
pero intenté penetrarte el cuerpo y el alma,
y tu me pediste masturbarte las penas,
dejarte sin ellas
y por enésima vez
-eso me dijiste en el climax de esta historia-
fui uno de los tantos que te hizo feliz.
Ya no
pero a la sombra de la luz citadina
en la que afirmó Vallejo morirse,
aseguré -quizás así tuvo que ser-
que me hiciste experimentar
el frígido amor que hasta hoy, como tú,
nadie me ha sabido dar.
La Habana, 20.02.95
Texto agregado el 22-07-2004, y leído por 132
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Lectores Opinan
03-08-2004
Mucha rabia y mucho amor concentrados en versos vitales y pesimistas (¿o de optimista con experiencia?). Una conjunción estelar que siempre da buen resultado... si se sabe aplicar, que es tu caso. Al-Duende
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