¿Qué me debe la vida?: ¡nada, nada!
Le debo los colores, las palabras,
el sol y las estrellas.
¿Qué me debe la vida?: ¡nada, nada!

le debo el aire así contaminado
esté y maltrechas tenga ya sus alas.
Le debo el suelo por el cual caminan
mis pasos hoy sin ganas.

Le debo el viento pero él tristemente
golpea mi ventana,
como queriendo con su voz decirme
que hermano soy de su tristeza amarga.

Le debo yo a la vida los momentos
en que sueño con ansias,
así mis sueños caigan al vacío
de mis noches tan largas.

¿Qué me debe la vida?: ¡nada, nada!
Le debo en el silencio mis plegarias,
mis gritos desgarrados que se pierden
en las desiertas playas.

Le debo que hayan flores donde tiemblan
mis manos desoladas ,
y como en el asombro más hermoso
le debo mi mirada.

Le debo el corazón que me palpita
como el ave que sale de una jaula.
Y aunque delire sin saber que escribo
también le debo el alma.

Le debo… mas no sé como mis deudas
con ella he de pagarlas,
nada le puedo dar sólo dejar
que hablen por mí mis lágrimas.

Le debo… mejor callo…
¿Qué me debe la vida?: ¡nada, nada!