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Inicio / Cuenteros Locales / zambuzety / Yin y Yan salvando una tradicion

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Las tradiciones y costumbres van pasando de generación en generación haciendo que la vida de las personas tenga un motivo para celebrar un acontecimiento que con el correr de los años serán un gran recuerdo.
Tal es el caso de la ciudad de Lima en donde la población tenía por costumbre poner los primeros dientes de los niños debajo de la almohada con la ilusión de que al día siguiente el ratón le iba a dejar una moneda en honor al diente caído.
Y un día ocurrió algo que ningún profeta hubiese predecido, a los ratones se les estaba acabando las monedas.
El pánico se apodero de los roedores, las minas de oro se habían agotada y como consecuencia la fábrica de monedas detuvo su producción.
Ya no había más monedas, y al no encontrar nuevas minas de oro que explotar se formaron dos comisiones de emergencia. Una de exploración, la que tenía por misión buscar nuevas minas en otros lugares desconocidos. Y la otra comisión fue de ideas en donde solo participaban solo los ratones más ilustres e influyentes de la colonia.
La segunda comisión, después de muchos debates llegaron a una conclusión: hasta no encontrar nuevas minas, la única solución era asaltar el BCR (Banco Central de Reserva) con la promesa de que algún día iban a reponer con intereses lo sustraído.
El que propuso tal idea dijo que la causa justifica los medios, y de no hacer lo que él propuso, muchos niños se iban a sentir muy decepcionados.
JV



Revisando los archivos del abuelo, me llamo la tención un cuaderno con seguro que entre sus páginas guardaba un acontecimiento que ocurrió muchos años atrás en la ciudad de Lima, y que por la forma tan celosa que estaba guardado, pude entender que iba a ser una gran historia.
En una casa con chimenea que esta frente al parque más lindo de la ciudad, vivía la familia más supersticiosa de Lima, devotos de todos los santos y todas las costumbres populares habían difundido por toda la ciudad su forma de pensar.
Con mucha ilusión decían haber construido una chimenea en su casa para que cada navidad Papa Noel entre por ahí a dejar el regalo de su único hijo Daniel. También habían difundido por la ciudad muchos anuncios para que las personas no críen gatos debido a que afectaba mucho a otra costumbre suya.
Tal noticia llego al oído del alcalde de la ciudad, el cual tentado por la curiosidad de saber el ¿Por qué? De dichos anuncios, decidió ir a la casa de los autores.
Ya en ella le explicaron que la presencia de los gatos atentaba con una de sus costumbres. El alcalde intrigado les pregunto ¿Cual era esa costumbre? De inmediato le respondieron: la ciudad entera tiene por costumbre colocar los primeros dientes de los niños debajo de la almohada para que al día siguiente los ratones le dejen una moneda en honor al diente caído, y la presencia de los gatos atentaban con la vida de los ratones y a la vez con la ilusión de los niños.
El alcalde consternado con lo que había escuchado, ordeno encerrar a todos los gatos en un albergue para que asi los ratones no tengan ningún inconveniente a la hora de dejar las monedas.
Pasaron los días y muchos niños recibieron monedas por sus dientes caídos. Mientras todo era felicidad en la ciudad, no ocurría lo mismo en la colonia de los ratones debido a que el servicio de inteligencia y estadística habían detectado que las minas de oro se habían agotado, y que solo quedaban monedas para todos los niños que perdieran un diente durante un mes, los cuales se habían calculado en 300 monedas.
Cada una de las 300 monedas ya tenían un nombre y destino, según Asi lo habían pronosticado lo ratones. Y para agravar más la situación surgió algo inesperado, a Daniel se le adelanto el día de la caída de diente, lo que sucedería en unos días.
Como los ratones no contaban con ese diente para ese mes, no sabían cómo le iban a hacer para hacerle llegar su moneda.
El consejo de seguridad de los ratones convoco a una reunión de emergencia. El tema a tocar era de conocimiento público, el agotamiento de las minas de oro, la paralización de la fábrica de monedas, y la pérdida adelantada del diente de Daniel.
En plena reunión el cao se apodero de la colonia, muchos temían que al no dejar monedas por cada diente caído, iban a perder su credibilidad e iban a pasar a la historia. Otros dijeron preferir el exilio para así no ver la desilusión de los niños.
Ante tanto pánico, los líderes acordaron formar dos comisiones de emergencia.
La primera seria de exploración: la que tenía por misión ir a tierras desconocidas en busca de nuevas minas de oro. Esta comisión estaría integrada solo por ratones aventureros expertos en desafíos.
La segunda comisión seria de ideas, en donde participaban solo los ratones más ilustres e influyentes de la colonia, la cual tenía por misión buscar una solución al problema.

La segunda comisión tuvo un día agitado debatiendo todas las propuestas de solución que cada ratón aportaba sin llegar a un veredicto final.
De pronto alguien irrumpió el lugar, y con voz de mando ordeno callarse a todos los presentes, el era “Yin” un ratón del norte, y dijo tener la solución al problema ya que en su país ya habían pasado por lo mismo. Dijo que la única solución era asaltar el BCR (Banco Central de Reserva) y que para no ganarse el repudio de los humanos, dejarían una nota con la promesa de que algún día devolverán lo sustraído.
Tal propuesta sedujo a la comisión de ideas los cuales acordaron por mayoría llevarlo a cabo.
Yin se puso a cargo de la misión que por ser de alto riesgo nadie quiso ponerse al mando, a pesar de que sabían que todos los gatos estaban encerrados en albergues.
Los moralistas criticaron mucho esta actitud y dijeron que sería un fracaso ya que la mayoría de los ratones son roedores de bien y que nunca harían tal acto casi delincuencial.
Yin sabia el tipo de educación de los ratones de la colonia, por eso no dudo en llamar a refuerzos. Ratones que no pertenecían a la colonia y que por su aspecto dejaban mucho que desear: ratones de mal vivir que al quedar huérfanos a causa de ataques de gatos a su colonia optaron por el mal camino.
Entre aquellos desafortunados ratones se encontraba Yan, un resentido social que acepto ser parte de la misión pero con otras intenciones, la cual era que una vez que esté formado el ejército para saltar el banco, iba a tomar parte o todo el batallón para ir a los albergues en donde estaban encerrados los gatos y vengarse de los que atacaron su colonia y se comieron a sus padres.

El asalto al banco se fijo para el 15 de febrero, respetando así el día de los enamorados, fecha sagrada para la colonia por ser el único día permitido para buscar pareja.
Para el traslado de las monedas del banco hasta la colonia, Yin contrato una cuadrilla de ratas para que así el traslado de las monedas sea más rápido, debido a que cada rata cargaba diez veces más que un ratón y que solo tendrían unas horas para vaciar el banco.

Los días de entrenamiento para la misión fueron agotadores, las herramientas para el forado del banco estaban listas y los que lo iban a llevar a cabo también.
Lo que nadie sabía era que esta misión tendría dos objetivos distintos a lo planeado, Yin iba a asaltar el banco, y Yan pensaba llevarse a parte del ejército para atacar los albergues donde se encontraban encerrados los gatos.

El día llego y todos los ratones salieron rumbo al banco, y en medio camino Yan con una parte del ejército se desviaron y fueron rumbo al albergue.
Y al llegar, en la puerta se toparon con los perros de seguridad. Pero Yan lo tenía todo bien planeado, ya que para eso había llevado varias piezas de huesos para sobornar a los perros guardianes, los cuales aceptaron sin demora alguna.
Antes de incendiar el albergue, Yan pidió un minuto de silencio en honor a sus padres, cumplido el minuto procedió a incendiar el albergue.
Para su sorpresa, antes de que lanzara la primera llama de fuego se entero de una verdad que él desconocía, uno de sus amigos “Jhon” le confesó que los gatos no se habían comido a sus padres, y que estos aun seguían con vida pero en el exilio.
Yan exigió saber la verdad, y se la contaron: los gatos no se habían comido a sus padres , su madre después de alumbrar a Yan y sus hermanos se fue con un hámster aventurero abandonándolos a ellos, y su padre ante tanta desilusión abandono la colonia y se volvió hare crisna, quedando así Yan y sus hermanos desamparados.
Al escuchar esa historia Yan se sintió muy decepcionado, debido a que toda su vida vivió odiando a los gatos y creyendo que estos se habían comido a sus padres.
Al saber que no fue así, rápidamente se dirigió con todos lo que lo acompañaron al banco para terminar la misión.
La operación fue todo un éxito, los ratones con Yin a la cabeza lograron vaciar el banco sin ningún inconveniente y con todas las monedas sustraídas podrían garantizar por un par de años que la tradición seguiría vigente.

Mientras tanto la otra misión, la de exploración no daba ningún informe de sus avances, pero la colonia se sentía más tranquila y podrían esperar un tiempo más de algún reporte.

Daniel recibió su moneda por su diente, así como otros niños de la ciudad. Yin y Yan se alistaban a darle alcance a la misión de exploración.
Continuara…

Texto agregado el 07-10-2011, y leído por 157 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
07-10-2011 Me encantó...te sigo. filiberto
 
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