Incluso si beso tus labios dejo caer a mis palabras sobre ellos. Generalmente las palabras fenecen luego de ser pronunciadas, se desvanecen. Pero esto no sucede aquí. Ellas se transforman en el puente que nos une y nos determina. Por esa razón las pronuncio, plenamente conciente de lo que acontece cuando lo hago. No las ignoras y me respondes. Tu propuesta satisface y edifica sentimientos. Antes no habíamos aparecido como lo hacemos ahora. Nada edificamos con apuro por escaso que sea nuestro tiempo. Siempre habrá lugar. Mientras a esto escribo el día transcurre sin ocaso.
Texto agregado el 07-10-2011, y leído por 214 visitantes. (5 votos)