Cavalieri,17.07.2004
Reto 5
Objeto utilizado: Candado.
Sombras.
Uno nace para defender secretos traicioneros, cerrar puertas, clausurar ideas, guardar soledades en cofres de memoria...
Y morirá un día, herrumbroso, olvidado en el más brutal de los silencios.
Pensará, ese día, en la sensación que dejó aquella mano cálida en la forma helada del hierro, y un llanto, aceitoso y oscuro, manará del corazón vencido que alguna vez tuvo su llave.
Recordará ese retazo de entraña, brillante y glorioso, que se extravió en el tiempo; callado esperará la noche. Ni un quejido metálico soltará el pecho.
Partirá creyendo que una llave es luz, mientras que un candado sólo es dueño de sombras.
Rodrigo: el teléfono
Me despertó un ruido enorme, como chicharra, que retumbó en el silencio de la madrugada. Lo sentí tan dentro de mí, que por momentos tuve la sensación de que iba a volar en pedacitos. Mi viejo timbre de sonaja, con una campana de metal casi oxidada y con el tornillo flojo, hacía que mis despertares fuesen siempre de sobresalto; y, aunque esté por jubilarme, sigue siendo así. Por más que insista en que los jóvenes de mi casa caminan por la calle con celulares que tocan MP3 y bailan “La Cucaracha”, mis dueños dale que dale con la vieja excusa de que “Todo lo de antes es mejor”.
Así, aquella madrugada, ya no resistí más. Me puse en huelga, me descolgué yo mismo, quemé mi audífono y, ahora, reposo en el silencio de un escaparate de coleccionista, acompañado de 12 teléfonos más, negrito y reluciente, sin ruidos que me torturen ni bocas que me atormenten.
Firma: Un teléfono antiguo.
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