“Soy una reliquia y me jacto de ser parte de una cruel historia. Un noble señor me diseñó y me formó. Y yo le serví hasta el día que perdió la cordura. Fui el custodio de su bien más preciado y testigo de traiciones e infidelidades. No fui muy bienvenido, más bien fui ferozmente odiado, sufrí miles de atentados e improperios que no quisiera recordar. Me mantuve intacto hasta el día que ella murió en manos de su amante tratando de abrirme con un punzón. Con fuerza endemoniada él traspaso mi cerradura y su vientre ardiente.
Fui un candado protector de la castidad y fui útil hasta el último día que presté mis servicios
Texto agregado el 22-07-2004, y leído por 392
visitantes. (4 votos)