Corrió hacia su habitación creyendo que sería el final de todo ese inexplicable suceso, pero Ann estaba lejos de acertar, pues como su abuela solía decir “La oscuridad aterra porque es ahí donde se reflejan nuestros miedos”¨; aunque Ann ya tenía quince años todavía temía cosas que parecían ser de niños como la oscuridad, así que no quiso pararse para encender la luz y mucho menos caminar hasta el cuarto contiguo donde estaba su hermana mayor Brenda, entonces lo único que le confortó fue llorar sobre su cama desconsolada y aterrada casi más de una hora, hasta lograr conciliar el sueño.
Al día siguiente en la noche mientras buscaba agua se repitió el suceso que le aterraba, volvió a escuchar la misma voz que parecía tan lejana y que inexplicablemente se oía como un susurro, una voz tan lúgubre y grave que cada vez se oía más cerca –le aterraba porque la nombraba-:
Voz en off: Ann ven conmigo, Ann, Ann!!
Ann dramatizo de la misma manera que el día anterior, pero al encontrarse en su cama sintió una presencia extraña junto a ella, entonces su sudoración se alteró y su llanto empezó a acelerarse al igual que su corazón, terminando en una taquicardia incontrolable, con un miedo fuera de lugar gritó desorbitadamente, como si su vida dependiera de aquel grito; cuando despertó estaba un doctor a su lado y al lado contrario su hermana y su madre quien tenía el rostro opaco por el llanto derramado a causa de lo que le ocurrió a su hija.
El diagnóstico del doctor fue un ataque de pánico y recomendó llevarla a un psicólogo, su madre totalmente conmocionada por la recomendación no encontró el por qué de lo acaecido: “mi hija no puede estar loca, no puede estar loca es joven y sana que dirá mi familia”, rodeada de confusiones esperó a que pase el tiempo sin asistir al pedido del médico.
Para su madre Ann había mejorado mucho, o eso es lo que quería creer y ver, ya no lloraba y los síntomas físicos como: el dolor de pecho, cabeza, sensación de vomito al igual que la taquicardia se habían disipado; lo que su madre ignoraba era que Ann se había acostumbrado a aquella presencia y la consideraba su amiga, lo único que no podía entender Ann, era que la voz que algún día le asustó se iba transformando en una más apacible y tranquila, hasta llegó a creer que tenían exactamente la misma voz.
Amanecía brutalmente golpeada con pensamientos confusos y la explicación solía ser “alguien me obliga a hacer esto”, su concentración era escasa y su insociabilidad habían aumentado, así como la aparición de nuevos síntomas como la abulia y la poca expresión de emociones y sentimientos ante cualquier estímulo afectivo; su personalidad había cambiado totalmente, y ella lo notaba, pasaba días enteros hablando “sola”, sin amigas reales más que aquella presencia que solo oía, veía y sentía ella.
Aquella noche tranquila e inmutable, interrumpida por el ruido único de los grillos frente a la luna, había cambiado. Corrió su madre hasta el jardín donde se había producido tal ruido estridente, fue tarde cuando reaccionó, Ann se había lanzado del tejado de su casa al que era difícil casi imposible llegar –por la estructura de la casa-, y como resultado dejó un golpe seco, la que le fulmino de contado.
En la autopsia se declaró suicidio, además se describía claramente padecer de esquizofrenia, se pudo llegar a esa conclusión por las declaraciones de su madre, la que también creía haber heredado tal enfermedad mental por su padre, quien había muerto de una manera similar, dictado por su mundo paralelo creado solo para él.
Lamentando la muerte de su hija menor, la madre había caído en una profunda depresión y su estadía en la casa había sido desapercibida y laxa por su hija.
Voz en off: Brenda estas bien?
Brenda: no, mi mamá sigue mal por la muerte de Ann
Voz en off: puedes confiar en mí
Brenda: si, ahora que lo mencionas tenemos la misma voz y los mismos pensamientos, lo que no entiendo es porque nadie puede saber de ti
Voz en off: eso no interesa, lo verdaderamente importante es que estaremos juntas, y haremos un mundo como tú prefieras, con las personas, edificios y flores favoritas
Brenda: pero que debo hacer?
Voz en off: primero establecer tu mundo perfecto, creado solo para ti
Brenda: y como llegaré hasta él, para olvidar mis problemas?
Voz en off: no te preocupes, juntas encontraremos la manera más cómoda y rápida de llegar al tejado. |