Un trabajador puñadodemateria de un volumen prominente y una fuerza un tanto más considerable que los otros puñadosdemateria, se le dio por hacer algo cuando nada hacia, estaba en un rato libre y trató de desperdiciar energía creando bombillas, pero yendo ya, camino hacia el almacén para promocionar su producto, la gente que flotaba por ahí le dijo y le repitió constantemente que otros puñadosdemateria ya habían llevado algunos ejemplares de bombillas, a pesar de que él sabia que ninguna bombilla tenia lugar a comparación con cualquier bombilla que no sea la suya, él lo sabia pero aún así, volvió a su guarida y la perfeccionó. A simple vista la bombilla de aquel puñadodemateria era superior a cualquier otro, pero esto no impidió a que regresara a su taller por la incesante clamor de las ánimas para perfeccionarlo y hacerlo inigualable. Ésta vez, se demoro menos. Fué entusiasmado, ahora no habia otra cosa, no existia—si es que existimos—nada igual; llegó, lo puso sobre la mesa, abrió la caja y con un chasquido de dedos hizo que su bombilla prendiera, se hizo la luz de una forma casi mágica, impresionó a mucho—diría yo a demasiados— ,sin duda más de lo que se esperaba. El dueño cogió un par de gafas negras hizo un close up, sonrió, se sentó y dijo: tantas veces puñadosdemateria y no entendiste.