Tampoco los inciertos activos los que se asomaron tenues o en ocasiones, firmes. Jamás lograron incidir. Las calles, casi perplejas, registraron el halo inocente que desprendían las siluetas en irisdicencia incontenible. Desciframos los mensajes del viento en señales claras y establecidas. Encendimos nuevas alboradas y encontramos el tiempo mas profundo.
Texto agregado el 27-09-2011, y leído por 212 visitantes. (3 votos)