Con S
Saturnino Salvador Santiago Salgado Santisteban, sargento segundo, solícito, servicial, sincero, siempre sorteó su sino. Soldado silencioso, sobrio, sabio, sobrevenido, supo ser soporte seguro, simple sospecha, sombra sorprendida, sudó sangre sobre sus sesos sin sofocarse siquiera. Suspendió soberanos sin sentencia soltando sólo salvas. Sujetó superiores, selectas solideces, saludos sanguinarios. Su saber sirvió sustancialmente sobrellevando sorpresas, sustos, sustancias, séquitos sepulcrales, séptimos sellos superpuestos. Solamente siguió satánicos sermones, sencillos signos, salvoconductos seculares. Septiembre simplemente sumó salmos, saliva, savia, sueños, secundando somnífera semiótica, silogismos, sarcasmos, sépticos sermones sobre sacristanes sicoanalistas. Serio, sació saetas. Sucio, sorbió sanguaza. Solo, sufrió sereno. Sigiloso, supuró sarro. Sujeto sensato, silenció seglares, Saturnino, simple señoritingo solar. Salvador, sempiterno seglar. Santiago, sacrificado siglo somnoliento. Sacrosantos sobrenombres.
Sergio Hernández Gil
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