El parque sucumbe,
el otoño reposa en su letargo,
invierno fustigante,
dolor que se expande,
sobre el suelo árido.
La gramilla reverdece, es la primavera,
oculta ayer, crepitante aun.
El olor inmundo de la lata,
la mugre y el polvo mancillándolo todo,
y tú,
esparciendo sin saberlo quizás,
el abrumador aroma a frutillas,
que se desvanece,
al apretarla entre tus labios,
mixtura de rojos, me salvas,
me extraes del pozo, de fango y escombros.
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