Se ha eclipsado el sol con una nube pasajera
y el llano huyó de los pies del peregrino.
El cielo lloró una vez más, pero esta vez,
esta vez no lloré con él.
No tengo una sonrisa en el rostro,
tampoco tengo enojo en mi ser.
Solo queda el vacío, ni inmenso ni pequeño.
Solo es un vacío y no hay nada en él.
Es difícil elegir un sentimiento para definir
éstas palabras que caen de mi mente.
Es difícil saber si sentirse orgulloso o arrepentirse
de escribir este poema sin nombre
Texto agregado el 22-09-2011, y leído por 148
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
26-09-2011
Sin darnos cuenta el dios interno se manifiesta de mil maneras y la vida personal va cambiando en bien. Me encantó tu poema.Saludos teresatenorio50
22-09-2011
Me agrada, deja una sensación de arenas... de desierto...***** MujerDiosa
22-09-2011
OK. Sin embargo ¿No puedes trabajarlo más, extenderte más? te sirve de práctica, es un esfuerzo
contumaz malayo
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