Habìa muerto;lo supe apenas un rayo de luz tenue apareció por la ventana regalando un poco de calor a la fria atmósfera que envolvía aquella habitación. ¡Muerta por fin!
Caminé, caminé despacio ,floté;tomé aqellos cabellos negros que entre mis dedos se escurrieron como cristalinas gotas de lluvia recordandome un instante de placer como crujir de hojas secas bajo mis pies. Le hablé, le susurré al oído palabras gastadas que en mis labios cobraron sentido y en sus ojos, los míos.
El día pinta tonos grices sobre los azules. Lloverá.
Asiento con la cabeza y tomo la mano siempre nerviosa de mamá, eso lo entiendo, lo que no entiendo es que los tonos grices estén sobre los azules, ¿cómo sabe madre que lloverá?
- Lo siento, es hora de cerrar la ventanilla.
Palidezco: Toco mis cabellos, mi cara, mis cabellos, y alterno con mi mano derecha, de nuevo con la izquierda. Descubro entonces la aspereza, el descuido, mis huesos, blancas paredes,ilusiones mutiladas,el corazón destrozado, soledad, rabia,desesperación,angustia, dolor, una lágrima derramada al suelo, cuatro paredes, yo.
En el lecho, me despojo de toda conciencia, permanezco inmóvil, imperturbable, insaciable.
Intento el sueño, aunque, espero la muerte. |