CON LA ESPERANZA EN EL CORAZON.
Aun conduzco mi auto por las noches, cuando la ciudad esta quieta, descansando, en paz, solo intento perderme en la obscuridad, en mis recuerdos, en mis remembranzas.
La luz de los pocos autos que se cruzan en mi camino, de pronto me regresan a la realidad, solo intento recuperar el equilibrio entre la realidad y los sueños.
Aun recuerdo mis años de infancia, me encantaba quedarme en casa de mi abuela paterna y cuando llegaba la madrugada y todos dormían, yo solía salir a la terraza y quedarme ahí por horas viendo las luces de los edificios en el centro de la ciudad, escuchar los cantos de los pocos grillos, el ruido de los autos, a veces la luz del día me sorprendía…cuantas veces lo hice? no lo sé, pero era algo que gozaba hacer, lo disfrutaba tanto.
Aun llegan a mí las despedidas de amigos y familiares que se fueron….y no regresaran jamás, pero se quedaran como estrellas en el cielo, la llegada de nuevos amigos, familiares y vecinos, que permanecieran para siempre en nuestras vidas.
Los sueños no se acaban al terminar la niñez, creo que cuando uno crece estos nos siguen, nos acompañan y siguen creciendo con nosotros, aun tengo presentes todos y cada uno de ellos y aunque a veces algunos se quedan guardados en algún cajón, la gran mayoría se realizan… yo aun tengo uno…
Aun conservo una libélula azul en una pequeña cajita de cartón que alguien me regalo…y la esperanza, esa, esa…aun la tengo en mi corazón.
Anndrea
Sept. 19 de 2011.
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