He logrado vencer lo que tanto me molestaba en el oído día tras día. Con un solo golpe que le asesté, le desgarré el cuello, salpicando su infame liquido por todos lados. Risas me invadían al quedar atrapadas esas imágenes que antes solo en mis sueños y deseos contemplaba. Pero ahora mi levadura había fermentado, mi vino se había transformado en el más hediondo vinagre. Pero, era eso lo que quería; bailar y saltar sobre charcos de sangre que se formaban por el escurrir de las fantasías y metas de mi querido compañero, mi igualitariamente ser existencial, jaja, que ahora yacía en tirado sin fuerza de vida en el lugar que tanto preparé para él. Espero que te guste, o si me puedes ver detrás de esa vitrina por la que vas, caminando sin rumbo por el pasillo de la desesperación. No puedo contener las lágrimas que salen sin parar desde lo más profundo de mis sensaciones. Es que tanto había soñado con este momento, y que he de disfrutarlo lo más que pueda, mientras me dure el poco tiempo de euforia que se alarga por una fuerza mayor dentro de mí, una fuerza que siniestra que quiere saber todas las cosas, tiempos y sazones, curiosidad maldita engendrada por la misma muerte, y criada por las mas alucinantes reverberaciones que pican y pican mi conciencia cuando esta trata de decirme cosas confusas, que no entiendo, que no oigo; pero apasionadamente se hace llegar y se hace sentir, aplastando toda razón de los por qué se hizo cosa semejante, sin excusas idiotas que traten vaga y locamente de justificar algo de lo cual mi mente nubló a propósito abierto y sin detenimiento. Así es como mate. Así es como viví yo y otro no, y así es como sigo viviendo día tras día, con pensamientos agudos que cortan sutil y profundamente mi inocencia. Así es como es, y así es como el otro no es. Así le prohibí el ser algo y le di el derecho de ser nada, creyéndome un juez longevo y con la más estúpida persuasión y autoridad mal ganada y malgastada, abusando de lo que yo me impuse sobre mí mismo. Más gané muchas cosas, pero que por quitármelas de encima volvería a matar, pero soy un cobarde. Qué más da.