Fácil,
desesperante
mudo ante tanto de que hablar,
desgarrador
suave
tenue
deseoso de tus labios,
de tus manos,
de tus sollozos
de cada beso abortado,
de cada deseo.
Luna de Agosto,
días eternos,
primavera sin dueño
quédate aquí
en cada silencio,
en cada tonada,
en cada mirada,
en cada penumbra,
quédate en el amanecer tardío,
en el anochecer matutino.
Estoy aquí,
en el mar de la ausencia,
pero junto a ti,
en el deseo reprimido
en la lujuria apoderada,
en el éxtasis,
en cada paso,
estas en mi como yo en ti. |