Llegue corriendo hacia tus brazos, desgarrándome las venas por el inmenso dolor que sentia, ya no sabia ni siquiera si estaba viva, lo único que quería era estar tan anestesiada, que no deseaba sentir nada, ese dolor tan insoportable que me acortaba la respiración y hacia latir tan fuerte mi corazón.
A pesar de que ha pasado tanto tiempo todavía recuerdo aquel suceso como si hubiera sido ayer, afortunadamente me abrazaste y me diste el amor que necesitaba, de curiosas formas estas hecho, de diferentes maneras me ayudaste a superar la agonía por la que vivía y ahora solo puedo darte las gracias, por que a pesar de que todavía hay restos del dolor, lo estoy superando poco a poco, estoy aprendiendo a perdonar y a perdonarme, por todas las heridas que he sufrido y que he permitido que me hagan.
Ya que yo soy responsable de mi vida y por lo tanto yo soy responsable del dolor que sufrí.
Ahora se que tu amor tiene muchos rostros y siempre tendré una mano amiga, que estará dispuesta a ayudarme, cuando asi lo requiera.
Se desde el fondo de mi corazón que siempre en el mundo, habrá amor y esperanza.
Gracias Dios.