Ella está sentada en el sofa del comedor, abrazando con sus largos brazos sus rodillas.
Su mirada es diferente a la de hace unas pocas horas, se vislumbra un rojo cristalino en sus ojos y lágrimas resecas sobre su mejillas.

Más allá de esa habitación se puede escuchar el ruido incesante de coches y gente chillando através de la ventana que está medio abierta, pero ninguno de esos sonidos puede apartarle del trance en el que se encuentra, mirando hipnotizadamente la puerta que se acaba de cerrar.

No hace mucho, un ruido la despertó de su letargo y la hizo introducirse en un angosto paseo entre recuerdos. Nadie excepto ella sabe lo duro que está siendo revivir cada instante de ese momento...

Se levanta pausademente, se recoge el pelo en una larga cola y se dirige a la cocina, abre una botella de vino y coge una copa, la única copa que queda en esa casa, al cogerla se fija en su propio reflejo sobre el cristal y niega con la cabeza, como si no se reconociera...

Ella ya no es ella...

Con la copa en la mano se dirige a un pequeño trastero y abre una caja de cartón cubierta por el polvo del tiempo, puede observar una fotografia. Ella sonrie a la cámara, en ese segundo su sonrisa era capaz de partir el mundo en tantos pedazos como una copa de cristal al estrellarse en el suelo.

Ella ya no es ella...