Puente solitario con sabor a mar, por un lado me niegas los placeres de la vida y he de estarte agradecida por creer en mí. Desconfías de los sueños que me abrasan y me alejas de mí misma, casi con ternura, retorciendo mis preguntas y mis dudas, aferrándolas a mí.
Texto agregado el 11-09-2011, y leído por 90 visitantes. (0 votos)