Nadia cada vez mas impaciente y furiosa por la demora de su esposo, se dispuso a marcar nuevamente al celular pero como era costumbre para èl, lo traia apagado y por enesima vez escucho ese maldito tono de numero fuera de servicio, simplemente sintio como la rabia y los celos la invadian, provocandole un intenso calor por todo el cuerpo, que le contrastaba con el frio de la lluvia en la calle obscura y solitaria, repaso con vehemencia enferma las frias palabras de Manuel, si me acoste con ella, pero no es importante, solo fue sexo, y esas palabras rebotando en su cabeza, la hacian sentir cada vez mas enojada, con ella misma, con Manuel, con Gladis la secretaria de su esposo, se sentia, humillada, burlada, despojada de su dignidad. Miro nuevamente el relog, y nada ya llevaba 40 minutos de retraso, recordo, cuanto tiempo es lo mas que lo habia esperado, ¡dos horas!, cuando iba a pedir su mano, y 20 minutos el dia de la boda, se sintio ridicula, enojada, enfurecida, llena de odio.
Un claxon la saco de sus pensamientos y para su sorpresa no era su esposo, era un hombre joven y atractivo, que le pregunto ¿estas bien? ¿quieres que te lleve a algun lado?, Nadia vacilo por un momento, pero era la oportunidad perfecta, tuvo miedo, pero penso para si, y si es algo bueno... que hago?, me subo? o me quedo aqui, esperando, como siempre, esperando...
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