Cuando llora el corazón
alguna razón
de su latido languidece,
estremecido se apresura
entre líneas purpuras
a marcar un camino
que lo lleve al éxtasis.
No desea morir condenado
sin hacer un movimiento
que sacuda su secuencia
que ilumine su fuego
sin fuerza.
Cuando llora el corazón
el mundo se torna opaco
pero una luz desciende
por la venas y arterias
para unir su tristeza
a la voz de su alma
que espera poder salvarlo,
antes que se contamine
cada partícula de ese ser
irrepetible que sufre
una metamorfosis
dolorosa y natural.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
Texto agregado el 08-09-2011, y leído por 454
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Bello, impactante en su contenido. Medio dolido por alguna agua de colonia no bien aromatizada. Ya se aliviará. La técnica tiene buen ver. Buen gusto. malayo