Retrato incoherente de mujer

Son tus pasos caóticos;
vas sin rumbo fijo:
no te importa llegar a parte alguna.

Te crees ave
alzas vuelo
y te vas
con tu manojo de evasiones ¡ y acaso más!
No tienes con qué pagar tanto derroche de vida insípida.

Eres pájaro contagioso que en tardes confusas
me arrastra:
sabes envolverme en tus mantos nebulosos.

Eres río de aguas volubles.
Una adepta incondicional
de la antigüedades del viejo Michard
y mucha pequeña burguesía.

Crees en milagros
y en la libertad de vestimenta estrafalaria.
Siempre andas huyéndole al otoño y esperando primaveras.

Eres un tiempo diciéndonos cosas
para al final no habernos dicho nada.

Eres un refugio que se me quedó al doblar de la esquina,
uno ojos
color vidrio,
un momento de arrebato quizás,
un caudal de llanto,
un spleen como tú sueles decir,
puede que tus uñas clavadas en mi espalda.


Eres mi falsa ilusión, (una verdadera falsa moneda).
un instante devorador de adolescencia tardía,
mi tiempo de contradicciones,
podrido
y
a
veces,
irremediablemente
hermoso.


Paris, 31.12.73