08-10-02
"-Hermano almendro,
háblame de Dios-
...y el almendro
se cubrió de flores"
El Amor es como Dios
-porque Dios es Amor-,
y como Él no tiene explicación
la inmensidad de su abrazo,
la furia y la calma que conlleva,
el oleaje de sentimientos recién nacidos
(o recién encontrados).
Es la plenitud de los sentidos,
la felicidad extrema,
el dolor más terrible,
la soledad más oscura.
Es la belleza más pura y simple,
la eterna espera,
mil caminos y un sólo destino.
Un día triste y un corazón feliz.
Así como la rosa
surge viva y alegre
entre escarpadas rocas,
así nace Dios, o el Amor,
en un corazón dolido, herido:
sin reservas, sin espera,
urgente de ti como de vida.
Y florece tu pecho cual azucena
para dar paso en tu cuerpo
a la feliz primavera.
Es una palabra callada
y un silencio pronunciado,
es un todo y un nada,
el vacío y la inmensidad.
Es el poema de un único verso(beso),
la canción de dos palabras,
la melodía no cantada.
Es la furia contenida,
la pasión desbordada,
una infinita ternura
y una voz dulce y alada (amada).
Cuando lo encontramos
el corazón palpita,
y se retuerce si nos olvida.
Es la huella sobre el camino,
la cicatriz en el árbol,
la savia que se rezuma.
Cuando llega amanece en nuestras vidas
una aurora clara y limpia,
un perfume de jazmín-azahar.
Aun así trae consigo
una duda, un miedo,
y un temblor del alma
que tan sólo a cuatro brazos,
sumergido el abrazo,
se logran acallar.
Y, si el crepúsculo llegase,
nos duele en la noche el alma
pero a pesar vencerá, Dios o el Amor,
sobre el dolor y la tiniebla,
y al alba traerá la vida,
en las claras del nuevo día.
Feliz vida
y que lo encuentres,
al Amor o a Dios...
o a los dos. |