Hoy regresaron a mi vida unos recuerdos que me trajeron ese perfume a ti, a la vida de antes, a los sueños ya perdidos. Son recuerdos de la que fue mi vida, nuestra vida.
Te recordé hoy, eras mi vida entera y yo me dejaba arrastrar por ella. No existían las horas, los relojes se paraban a nuestro alrededor entonces. Las distancias se salvaban con un simple deseo de piel, con la necesidad de tenerte cerca, besar tus labios, sentir tu cuerpo cerca de mí, desnudar tu alma en el tiempo de consumir uno o dos, o mil cigarrillos que fumar a medias.
Locuras que se entrelazaban unas a otras formando aquel tiempo que compartimos. Locura fue conocerte aquella noche a deshoras, locura pedir amarte una semana antes, locura que los duendes me lo concedieran, locura pasar la noche paseando y emborrachándonos -yo de ti, tú de mí- para acabar entrelazando nuestros cuerpos y nuestras almas, locura dejarlo continuar prolongando el fin en la eternidad.
No resulta fácil recordarlo todo sabiendo que está perdido, que con el calor del verano quedó destruido, que no sirvió de nada entregarte el alma y luchar por ello.
No resulta fácil olvidarlo todo y empezar de nuevo. |