-¡El paciente es idiota!
-House, ya le hemos prohibido a su ayudante la entrada a la habitación.
-Ahora cualquiera se cree que mirando la Wikipedia puede diagnosticarse enfermedad de Creutzfeldt-Jakob... Y dice que su ayudante tiene una cura basada en una planta que crece en la Selva Negra.
-Podría ser. Tiene pérdidas de memoria, no coordina bien…
-Foreman, por listo, tráeme un café.
-¿Y por qué tengo que ir yo? ¿Porque soy negro?
-¡Pues claro! Los demás, diferencial. Tenemos hemorragia nasal, dolor de cabeza, vómitos y falta de coordinación.
-Podría ser meningitis.
-No tiene rigidez en la nuca. ¿Nada más? No sé para qué os pago. Voy a hablar con él.

El doctor House sale del despacho y se dirige a la habitación del paciente mientras Chase y Trece permanecen en silencio.

-Nunca le había visto así.
-Es que ese paciente es como House. Cada argumento se lo rebate y es la primera vez que he visto a House quedarse sin respuesta.
-Mejor seguimos con las pruebas de tóxicos a ver si alguno da positivo.

La puerta de la habitación del paciente se abre y entra House con su cara de pocos amigos de siempre.

-Llevo 20 años ejerciendo así que creo que el único médico que hay aquí soy yo.
-Nunca se lo he discutido, doctor.
-¿No sabe que si toma cualquier potingue de chamán puede reaccionar con la medicación que le pongamos y matarle?
-Tampoco es que me estén poniendo mucha, ¿verdad?
-Tiene salidas para todo ¿eh? Un momento… ¿por qué entorna los ojos?
-Me molesta la luz de la ventana.
-Mmm… fotofobia... Dijo que usted y su ayudante volvían de un viaje por el Amazonas. ¿Bebieron agua potable en todo momento?
-Sí, claro. Bueno, excepto un día que nos perdimos y bebimos de una laguna cerca de donde acampamos.
-¡Eso es! ¡Ahora tendrá su medicación!

House se dirige al despacho de Cuddy y entra sin llamar.

-House, ahora no…
-Necesito autorización para un tratamiento experimental
-A ver… ¿de qué se trata?
-Tengo un paciente con naegleria. Bebió agua contaminada de una laguna. Ya es tarde para la anfotericina, pero hay estudios de la Universidad de Medicina de Ajou que muestran buenos resultados con miltefosina y clorpromazina.
-¿En humanos?
-En ratones, pero que mas da. Se muere igualmente.
-Está bien, pero que firme el consentimiento.

En 48 horas el paciente muestra una gran mejoría. El día que le dan de alta House respira extrañamente aliviado y al llegar a su despacho encuentra un sobre encima de su mesa que dice ‘Para el Doctor House’. Se sienta y lo abre con curiosidad.

‘Estimado doctor:

Ante todo muchas gracias por salvarme la vida aunque no haya sido de la manera que usted cree. Siento haberle manipulado de esta manera pero era absolutamente necesario. Probablemente no me creerá pero al llegar al hospital ya sabía que tenía la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Durante mucho tiempo he logrado frenar su avance pero ya no podía hacerlo más. Y ahí es donde entra usted.

He descubierto una planta amazónica que logra desactivar definitivamente los priones infecciosos, pero su efecto es a muy largo plazo y yo no dispongo de tanto tiempo. Gracias a mi ayudante logré provocar todos los síntomas que le llevaron en la dirección ‘correcta’ para el diagnóstico de naegleria. Sé que está al tanto de todos los estudios que se realizan y por tanto optaría por el tratamiento experimental y me proporcionaría el catalizador que necesitaba: clorpromazina. Me era imposible conseguirlo por otros medios.

Reconozco que sus capacidades mentales están cerca de las mías. Además usted es el único médico lo suficientemente engreído para arriesgarse, no tanto por salvar la vida de su paciente sino para probar que tiene razón, de ahí que acudiera a usted. No me fue difícil apelar a su orgullo para llevarme la contraria en todo y por tanto no ver el diagnóstico real, simplemente porque yo se lo había sugerido.

En agradecimiento, verá que hay una bolsita junto a esta carta. Contiene otro preparado que le aliviará casi completamente los dolores de su pierna para siempre. Espero que al menos por esta vez haga una excepción y su orgullo se lo permita. Y quien sabe, tal vez nuestros caminos se vuelvan a cruzar.

Atentamente,
Sherlock Holmes

P.D. Saludos al Dr. Wilson de parte de mi ayudante, el Dr. Watson. Compartieron muchos ratos en el hospital. Elemental, querido House, son nuestra única compañía.

House deja la carta sobre la mesa y saca la bolsita. Maquinalmente extrae de su bolsillo el tubo de Vicodina e ingiere un puñado de pastillas. Mira la papelera que tiene al lado y arroja con rabia en ella la bolsita. Después la vuelve a coger, abre un cajón y la guarda. Se recuesta y permanece con la mirada perdida en el infinito…


Participante en el Reto Fantástico X