Inicio / Cuenteros Locales / paolavaro / Adagio para una noche blanca
Aquella noche tronaba la vida, en síntesis de luz y música, con el alarde estruendoso de un falso edén, jardín de neones gastados que prometía metamorfosis por unas cuantas horas.
Cómo cada fin de semana llegó la guerra de egos maquillados, con su mensaje de júbilo blanco; de azúcar que no es azúcar; de alcohol que busca tu sangre; de tabaco nuevo que dibuja con humo tu caricatura. Y tú en cada línea, brillo y eclipse. Viaje en autobús con un solo destino.
La noche como siempre interpretó su partitura, en el club de las neuronas rotas, y justo ahí te llegó la tregua, en una alberca ficticia, donde flotaban tus sueños recién paridos. Ahí te llego la calma, tan deliciosa e infinita, que preferiste dejar que se diluyera el túnel del retorno.
Ahora reposas bajo la sabana. Ahora flotas sobre la piel de un oscuro río, sobre una canoa te dejas llevar , como inocente turista de metamundos, tarareando un dulce adagio de
adiós. Fría y blanca, como aquella noche; fría y blanca como la última línea.
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Texto agregado el 21-07-2004, y leído por 230
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