Siempre quiero poder hacer filosfía desde mi lugar, este rincón del mundo que ocupa mi persona, para responderme preguntas acerca de el sentido de mi existencia por ejemplo. Porque no creo que estemos escupidos al universo porque sí. Porque me parece sin sabor una vida sin un propósito. Estoy seguro que la respuesta no debe estar fuera de mi, no creo que haya un dador de sentido, sino más bien que soy yo quien tengo que encontrar certidumbre y tranquilidad con mi propio pensamiento para mi propia vida. Hay muchas personas que no se prenguntan nada y viven muy felices haciendo lo que les toca a cada paso, sin pensarse, sin cuestionarse, sin angustiarse o desesperarse por saber quienes son o para que están. Bendito sean ellos que les ha tocado en suerte un espiritu poco comprometido con su alma. Esas personas mueven el mundo, y sin esas personas el mundo caería en una crisis tan grande que no podría sosenerse en ningún aspecto. Pero los hay como yo algo angustiados, quizas porque ven limitada su libertad, su capacidad para amar, frustrados porque saben de lo que capaces son y que por algún motivo interno o externo se ven mitigados a padecer una realidad que les toca pero que no les pertenece. Algunos visionarios otros simplemente buenos imitadores del acto de pensarse consiguen romper los barrotes de esa realidad que los separa de sus posibilidades, en cambio otros se mueren en el anonimato sin pena y sin gloria quizas porque a pesar de poder expresarse con palabras no tienen valor para ponerse en acción revolucionaria.