MARICELA
(sobre un cuento de los Álvarez Quintero)
Quiero ser dichosa, suspiró la niña…
Navegan sus ojos por la lontananza,
Mientras sol radiante arde en la campiña
Y brillan mil flores color esperanza…
Viento sus cabellos, terco, desaliña,
Por montes azules, intrépida, avanza,
Dejó su palacio de oro y rapiña
Y a buscar la dicha, con ardor, se lanza…
Una bruja buena halló en su camino:
¿Qué buscar tú sola, qué quieres, hermosa?...
Y ella, que reniega del regio destino,
Le dice a la vieja: Quiero ser dichosa.
El hada, en un sueño dulce y peregrino,
En su misma entraña, le plantó una rosa.
Y la niña aquella y desde aquel día,
Fue siempre dichosa, siempre sonreía.
EMILIOSALAMANCA
1 Sept. 2011
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