Don Sata es de Primera A
—Lo lamento, Edy, pero no te puedo ayudar en esto. Tu amado Club River Plate tendrá que arreglárselas solo. Y te diré algo que no se lo he dicho a nadie. Estoy a favor de Independiente.
—Pero Su Excelsa Majestad, hemos sido amigos por mucho tiempo. No me puede dejar a la buena de Dios…
—¡No digas esa palabra, maldito! Yo soy de Independiente y haré todo lo posible para que ganemos todos los partidos de la Primera división. Y no me digas nada más, que no voy a cambiar de opinión…
—Mire Su Gracia Pedorra que yo soy amigo de Delia, la Mujerdiosa…
—Y qué hay con eso? Yo soy amigo de Poirot…
—También soy muy, pero muy amigo de Yosoyasí y de Nilda. Ambas son muy buenas para el cuchillo y dicen que la correntina es capaz de castrar a un mosquito en el aire. ¿Eso no le dice nada? Oh Gran Candidato, Compañero de fórmula de Narváez…
—Es inútil que me digas cosas bonitas. Mi respuesta es No…
—Entonces le pediré ayuda a mi Ángel de la Guarda, el Arcángel Gabriel…Oh Pedazo de Sorete de Pelé, Envuelto Para Regalo. Él me ayudará. Me lo debe…
—Jajajajaj Mirá a quien le pedirás ayuda. Nada menos que al borracho del Cabo Miguel…
La gran flauta…Ahora el Arcángel Miguel solamente es Cabo. La última vez que lo vi, era Coronel del Ejército Celestial. ¿Qué macana se habrá mandado?
—Mirá Diablo de Mierda. Tenés 15 segundos para decidir si me vas a ayudar o tendrás que atenerte a las consecuencias…
—¡Mirá como tiemblo, las reputas que te parió! Porqué no le pedís ayuda al Diego? ¿Ustedes los argentinos no decían que era Dios?
Que lo demuestre ahora… y basta de cháchara. Me voy
Y se fue el Diablo maldito.
Me voy a la esquina a tomar el 60, para ir al Bar donde sabe parar mi Ángel de la Guarda. Un poco después del Parque Lezama me bajo y en una callejuela muy frecuentada por mujeres del bajo mundo y que casi todas fuman, en una esquina está el Bar El Limbo. Ahí está el sinvergüenza de Gabriel acompañado de dos mujeres bien pintarrajeadas, comiéndose unos sándwiches de mortadela y tomando unos enormes vasos de moscato.
Me reconoció enseguida:
—¡Edy, viejo y peludo¡ ¡Vení a acompañarnos, la putísima que te reparió!—me dijo cariñosamente
—¡Hola Gabriel, huacho mal nacido, feto de la gallina que ponía los huevos cuadrados! ¿Cómo estás?
—¡Mozo! ¡Traiga un moscato para el Pibe y un sánguche de arrollado bien picante!
Este Gabriel todavía me dice Pibe a pesar que hace raaaaaaato que dejé la pubertad. Y aun se acuerda de mi sandwich preferido. Menos mal que parece de buen humor
—Te quiero pedir un gran favor, Gaby y espero que no me niegues tu ayuda…
—Pero si vos andas en tratos con Satanás, porqué no le pedís ayuda a él. Por tu culpa he perdido otro grado en el escalafón celestial.
—Dale, no seas rencoroso. Además tú te consideras argentino y lo que quiero es que nos des una mano con River Plate. Andamos como el orto
en la B, aunque hemos ganado 3 partidos al hilo , pero han sido medio de pedo, seguro que en cualquier momento nos van a dar el pesto. Además don Sata está ayudándolos a ellos …
Aquí intervinieron las dos damas que estaban con él.
—Pero Gabrielito. No puedes permitir que el Diablo salga con la suya y haga ganar a los demás equipos de la B. —dijo la más rubia
—Por supuesto que no —interrumpió la que tenía más dientes —Además si le ganas a don Sata podrías recuperar tus galones…
El alcohol y la noche con sus vicios habían embrutecido al Arcángel Gabriel y endurecido su corazón, pero no lo suficiente como para no darse cuenta de la gran oportunidad que se le presentaba.
Igualmente en un rinconcito de su corazón todavía tremolaba la banda roja.
Se levantó de su asiento y de un manotazo barrió la mesa del bar, tirando al piso los vasos de moscato y mi sánguche de arrollado. No me importó porque no estaba bien picante como me gusta a mí.
—Desde este momento —tronó —me dedicaré de lleno a salvar al glorioso equipo de River Plate, siempre y cuando no lo pongan a Carrizo, nunca más..
Una calurosa ovación de los habitués del Bar coronó sus palabras. No me pude contener y corrí a abrazarlo.
continuará
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