Premisa I
Ser digno de confianza.
Pelearse a muerte con el ego no es tarea fácil y digan lo que digan, siempre hay un poquito de amor propio que en ocasiones se nos escapa del control espiritual.
Y digo y hablo de espiritual pues bordeando los cuarenta años y un dÃa, por fin me reconcilio con eso invisible que descubrà entre los árboles del bosque.
A razón del tÃtulo, ser digno de confianza es algo que atormenta de vez en cuando y que para entenderlo es mejor recurrir a este viejo oficio de escribir con la tinta del corazón.
Dignidad es una palabra que por si sola suena bonita, pero de ahà al ejemplo mismo, solo se me ocurre la vez que sentà el impulso incontrolable de mandar a la mierda al prepotente que quiso hacerme sentir un ser inferior, insignificante, mediocre y lo hice sin remordimiento pre despido laboral.
Pero la dignidad no solo la sentà reflejada en el hecho denigrante a mi persona, también la dignidad se presenta en forma adrenalÃnica con los logros alcanzados. Esos que con esfuerzo y dedicación se materializan en la sonrisa placentera del triunfo contra la adversidad.
Bueno, creo no se trata de hacer filosofÃa económica del tema…pero dignidad es a todo nivel…personal, colectiva, de trÃo, de grupo…
Ser digno serÃa algo asà como ser poseedor de, tener propiedad o estar en estado para recibir y proteger, dar confianza.
Premisa II
Segunda palabra: Confianza
DifÃcil debe ser vivir sin tener confianza en uno mismo, pero es algo que sin duda se supera y se aprende tarde o temprano.
El problema es cuando buscamos la confianza en lo externo, en el prójimo. ¿Quién merece que confiemos en él o ella? , ¿Cómo nos damos cuenta que podemos entregar algo personal a otro semejante? Ó ¿Qué gatilla en otro ser entregar algo personal a nuestra persona?
La observación, la experiencia y la opción a experimentar pueden ser un punto de partida concreto.
-Yo observo los actos de los demás como los demás observan mis actos.
-Ya vivà lo mismo…ahora estoy preparado.
-Es momento de conocer a esta persona y que también me conozca.
Ser digno de confianza, tiene que ver con mis actos y el de los demás, con mis experiencias y la de los demás, con el compartir, dar y recibir. Tiene que ver con el saber guardar, entregar, sociabilizar.
No hay perfección en el acto, más la educación y la reflexión nos permite avanzar en este camino de necesarias contradicciones.
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