I
-Joel Eduardo Pacheco Àlvares, ¿aceptas a Ana Carolina Herrera Suarez como tu esposa?
-Yo...
-¡Alto!
Un hombre irrumpió en pleno ritual antes de contestar la usual pregunta que aquel padre, tan viejo como la misma religión, le había echo a Joel.
-No te puedes casar con esa perra!
-¿Pero de que hablas? -preguntò Joel con una mirada muy seria que apuntaba al entrometido.
-Mi amor quien ese hombre que se atreve a interrumpir nuestra unión con Dios como testigo?, ¿lo conoces?
-Ah! ahora te haces la que no me conoce. Joel yo soy tu amigo debes escuchar lo que te digo.
-Explícate,- dijo Joel
-Esa mujer que esta a tu lado se acostó conmigo el día de ayer, mientras tu trabajabas para poder pagar sus vanidades, me seduciò y me llevó a la cama donde tu duermes... me hizo sexo oral con los labios que tu besas cada mañana amigo, perdón.
La gente en el templo guardo un rotundo silencio por algunos instantes, después los murmullos no se hicieron esperar, el padre, con la boca abierta, solo pude persignarse y mirar al cielo.
-Pero de que demonios estas hablando? -dijo Ana, - amor no le hagas caso jamas había visto a este tipo, yo te amo!, jamas te haría eso, eres el amor de mi vida, eres todo lo que había buscado, eres la sangre que hace latir mi corazòn, por favor no le hagas caso...
Con lagrimas, Ana aferro sus brazos al cuerpo inmóvil de Joel, pero èl no pudo hacer lo mismo.
-Javier es mi amigo de la infancia, siempre hemos sido sinceros el uno con el otro, y es por eso que sus palabras pueden tener màs verdad que las tuyas -dijo Joel.
El novio tomò de los hombros a la novia y la alejò de èl, la vio a los ojos llorosos y le susurrò: "apenas si recuerdo el día en que te vì, puede que me acuerde cuando te conocí, no olvdarè el día que me enamorè de ti, pero lo que nunca borrare de mi mente incluso muerto, es el día que me sentí traicionado por tì"
Pronto Joel había dejado la iglesia, cargando en la espalda la mirada triste de la novia, junto con los murmuro de la gente que se había reunido para ver un final feliz.
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