se levanto como siempre pero con el alma enormemente herida, antes la sonrisas venían de la nada pero ahora los chistes ya no le hacían reír y se sentía morir entonces, le estaba sucediendo lo que temía demasiado, pero que hacer, que hacer, está muy enamorado de su mejor amiga, y quizá sería un amor imposible aun cuando ella le amase, tenia sentimientos raros éste hombre ya que se enamoraba de las personas menos indicadas, alguna vez se enamoro de una furcia, otra de su propia mejor amiga de clase y esta vez, también de su amiga pero lamentablemente se encontraba lejos, muy lejos y se moría lentamente al pensar que allá en la distancia su amada conocería mejores hombres que él y que gozaba de la calidez de sus brazos, y lo que le dolía mas era que cuando hablaban por chat ella fingiera que tenía un valor especial, que solo hablaba por cumplimiento y no porque realmente quería, ella le decía que él era muy importante pero no le creía era muy desconfiado, no quería encontrarla en línea pero aun así se conectaba con la esperanza de volver a tratar con ella aunque con miedo de que se aburriera y con el tiempo lo considerase un estorbo, pero también entre sus adentros sabia que para ella era especial, y esto también lo hacia sufrir y sufría sin consuelo, solo estaba tranquilo cuando estaba con ella y si mostraba indiferencia en su trato se duplicaba el dolor de soledad , pero se trataba de convencer de que así era el amor, de que también implicaba sufrir, pero él no dejaba de pensar en ella, en su fragilidad y en su corazón maravilloso, su forma de ser lo había conquistado, esos sus ojos llenos de pureza e inocencia, recordaba los momentos en que le daba palabras de aliento y pensaba con mucha fuerza para que sus pensamientos se hagan realidad, quiero ser feliz con ella, pero otros pensamientos le rondaban en esos momentos tan crueles igual que los anteriores, quizá ella merezca a una persona mejor que yo, evaluaba sus defectos y se sentía morir cuando se daba cuenta de su realidad pero quien podía asegurar lo que ella sentía realmente consideraba la posibilidad de que ella también estuviese pasando por lo mismo, y que quizá solo quizá ella también no veía las horas de estar platicando con él, o ni se acordaba cuando se alejaba del ordenador y así su tormento se iba haciendo más grande cada vez, el se lo permitía y ello lo consumía, un día cansado de tanto dolor se puso frente al teclado y se dispuso escribir su carta de despedida, cuando empezó con la primera letra, le llego un correo de su amada, se apresuro a leerlo con ciertas ansias porque todo lo que procedía de ella siempre era ameno y alentador, pero esta vez no, era la cosa más triste del mundo, se puso pálido, la respiración se le fue acelerando, su ritmo cardiaco se sentía tan alborotado que fácilmente se notaba desde cierta distancia, de sus ojos empezaron a brotar esas escasas lagrimas que aún le quedaban, decía el mensaje:
He tratado de ser fuerte, he esperado mucho tiempo y lo seguiría haciéndolo pero ya no tengo fuerzas, la vida se me escapa y ya no puedo retenerla, te amo tanto que hoy me despido con tantas deseos de haber querido escuchar de tus labios esa palabra mientras charlábamos “te amo”, pero quizá he sido una ilusa al enamorarme de ti, solo te voy a pedir un favor, vive la vida también por mí, eso es lo último que te pido; un grito desgarrador se oyó en su habitación, gritaba desesperado sin poder remediar nada, todo ya había ocurrido, ella lo había amado tanto que murió de amor por él, no le quedaba más que cumplir su último deseo y eso sería su condena por dudar de sus sentimientos por ser desconfiado y por no haber confesado lo que sentía; en sus noches tenebrosas sentía su vos y le decía que lo amaba y eso calmaba su agonía.