Mexico, Mexico, rah rah rah
Cuento por George Bain
Enero 17, 2011
Mis amigos Benjamín y Silvia y hermanos y hermanas cuidaron hasta el último momento a su mama Gerania, y acaban de cuidar a su papa Dolores 10 años mayor que Gerania, de un bypass al corazón de la que se salvo y está listo para reincorporarse a las tropas. Mi amigo Manuel y familia también cuidaron de su papa con operación de cadera de la que la libro y esta reincorporado a las filas y ahora cuidan a su abuela quien entra y sale de raciocinio que nosotros llamamos normal. Mi amiga Sandra también vela por el bienestar y adaptación a la nueva vida de un diabético por su mama y reporta con frecuencia a sus 8 hermanos/as sus altas y bajas.
Todo lo antedicho sin menoscabo al uso de dinero o de tiempo por ninguno de ellos, todo lo antedicho en México, donde estos casos son más comunes que no, y por eso lo de rah rah rah sin referirse a logro deportivo y si a un logro moral y humano y con menos presencia en muchos de los 228 países del mundo.
Las tribus originales que se encontraban aquí en este país de las trece colonias originales, USA, no acostumbraban tal cuidado, eran, los viejos puestos a un lado y dejados que buscaran su fin sin estorbar o molestar, no soy gran sociólogo y recordando que estas letras tienen el propósito que ustedes busquen terminar el libro con más o menos detalle que el que aquí se da pueden agregar o quitar a este asunto, pero no sin reconocer de que se nos viene encima a todos más rápido que no, y que se aplicara a cada uno de nosotros gústenos o no.
Recuerdo haber leído que una de las tribus de las praderas de USA acostumbraban los viejos a esperar la primer nevada fuerte y buscar su mezquite favorito y abrigarse con la manta que habían tejido incluyendo el escudo familiar y esperaban al Gran Espíritu sin más ni más esperando que el viento ahogara su llanto y uno que otro grito o suspiro.
El viejo Kaborkian, Dr. en medicina y ayudante a morir a todos aquellos que así se lo pedían, termino en la cárcel de uno de estos estados de este país de las trece colonias originales donde el uso de la ley a veces exagera lo puritano de su espíritu y su definición de bien y mal.
Yo a los 74 años si me preocupo de este asunto y ya he dejado escrito y notariado todo lo que espero se haga a mi cuerpo en caso de quedar sin inmediato uso productivo y luego de su suspiro final pretendiendo no molestar o quitar tiempo a ninguno de mis familiares y amigos.
Así pues pretendo con este cuento, decirle a todos los que lo leen que he aquí otra razón por la que le doy el rah rah rah a Mexico , y exalto entre sus otras muchas cualidades y razones para hacerlo nuestro lugar de residencia y así promoverlo como el caballo negro donde un ser humano puede vivir contento tranquilo y morir idem.