La Burbuja
Cuento por George Bain
Febrero 7, 2011

Que dijeron, nos van a hablar de amor, nos van a hablar de Juan Luis Guerra, nos van a hablar de poemas lindos y música que los acompaña, pues fíjense que no, les voy a hablar de el tejido conectivo, el que conecta a todo con todo y como una red mantiene el cuerpo junto, erguido, noble y con orgullo.
Que que que?, dicen? Pues si, fíjense que este tejido es como todo en el cuerpo humano y por la gracia de Dios, especifico y único, único tal que una bacteria, de esas nuevas que hay, lo escogió como comida y en unos años cualesquiera puede, igualmente con la gracia del Señor comérselo todo, pero todo.
Y sin dejar ni rastro ni haber demostrado síntomas, toma la ultima mordida se chispotea los labios y fin tal cual burbuja de jabón que encuentra alfiler, explota y desaparece en lontananza, el hombre, la mujer, niño o niña o lo que sea, para siempre.
Pero hay un pero, si siempre hay un pero, esta bacteria es sumamente, pero sumamente frágil ante el jabón de cualquier tipo y a cualquier hora, así es que mientras come tejido tras tejido del cuerpo humano durante el día, al día siguiente, normalmente en la mañana al ser expuesta a un buen baño con enjabonada amplia y harto enjuague se muere pero toditita toda, bueno digo, siempre queda una por ahí que es la que comienza el ciclo nuevamente.
Vean como pues, esos que nos bañamos solo de vez en cuando nos exponemos a perder todo nuestro tejido conectivo y cual burbuja ante alfiler, explotar y desaparecer de este mundo, así debe de haber nacido la idea de todos esos libros que hablan de “Los que se fueron” y más.
Pensando en esto y luego de una semana de no haber tomado baño alguno se me a figuro que si dejaba de bañarme un día mas al día siguiente correría el riesgo que al hacerlo las bacterias que habían tomado la posición del tejido conectivo al que habían despachado al ser tocadas por el agua enjabonada explotarían , pero como ya habían terminado de comerse todo mi tejido conectivo cuando la última de ellas estallara, también estallaría yo pues no habría nada que me mantuviera junto, erguido, noble y orgulloso y así pues desaparecería cual burbuja de jabón ante alfiler y desaparecería, y así es como muchos pero muchos hemos desaparecido de este mundo, solo para aparecer en otro pero ya con la consigna de bañarnos con mas frecuencia.