Yo soy Magnus, , pertenezco a la oscuridad , mis manos son negras garras forradas de mortal veneno y asfoetidia, cada mañana despierto en medio del cielo y al salir de mi hogar me dirijo explícitamente al infierno, con mi habitual abrigo negro, cubierto de pies a cabeza para que no se avergüence mi alma, soy un asesino a sueldo, mis amigos son las sombras, las ratas y lagartos da las alcantarillas.
Mi misión, encontrar cada día en el odio el sustento de mi cuerpo, no tengo Dios, mi religión se basa en la indiferencia y mis ojos se han vuelto simples bolas de vidrio; Cada mañana antes de salir de mi casa, cuelgo mi corazón y mi columna vertebrales un perchero, meto mi conciencia en un cajón, y salgo a encontrarme con el vil hombre , que a diario me brinda el bermellón tinte con que pinto mis pasos hacia el infierno, , me entrega la imagen de mi próximo cliente y yo simplemente, me dirijo al lugar, después de drenar su esencia con mis manos y de arrojar el cuerpo en cualquier lugar, me lavo y finjo ser nuevamente un hombre….Mas al llegar a casa encuentro consuelo, allí esta ella, dulce y angelical Andrea, la caricia suave de sus manos infunde nuevamente el sentimiento a mi ser, cada beso suyo borra poco a poco, la imagen del rojo matiz y del atormentado rostro del infeliz a quien le arranque la vida, de mis ojos, sus manos OH! Sus manos tocan mi alma, me recuerdan que estoy vivo, son el toque mágico de un ángel… y entre blancas nubes me cubre de deseo, entre tenues alientos florales y seductores sonidos, pronunciados por la euforia de su alma, me siento en el inexistente paraíso como navegando entre la bruma del océano, despierto para encantarme nuevamente entre aquella fantasía, con sus indomables cabellos rosa mi espalda, antes de besarme y decirme ¡Buenos días!; siento que le he robado la magia a alguno de esos antiguos dioses, y la encerré en hermoso cuerpo semihumano, cada figura como pintada por aquellos genios renacentistas, cada expresión muestra de su amor, mas después del golpe frío de la realidad en medio de la ducha, mientras cada gota, toca mi cabeza, el estallido de recuerdos con rojos y negros acentos, se apodera de mi, y al ver aquel traje simulando el de la parca, me siento miserable, y se que nuevamente debo abandonar mi humanidad y convertirme en mecánico objeto, me consuelo diciendo que todo lo hago por ella, para hacerle feliz, y que de ser posible exterminaría a toda la humanidad tan solo pro merecer su amor,, por el simple hecho de verle sonreír y tenerle junto a mi…
Mas un día, en que el destino caprichoso decidió burlarse esta absurda felicidades que vivía, asesinote esperanzas, desalmado e implacable, se le ocurrió que no merecía tener un pedacito de cielo entre mis manos, que era demasiado para alguien como yo, quizá solo fue un mal Karma, queriendo vengar mis aparentes pecados. Aquel día, mi jefe con voz algo burlona y tenebrosa me dice tengo para ti una misión… muy especial, que espero que cumplas, con algo de miedo me despojo de mis gafas, lo veo directo a los ojos y tragándome mis pensamientos, asumiendo las consecuencias de mi atrevimiento, le dije: ¡¡¡A caso crees que hay alguna misión que yo no pueda cumplir!!! Tengo 20 años haciendo lo mismo, ¿ Alguna vez te he fallado?
Entonces sonriendo con malicia me dijo: Así que lo harás? Mmm…Y me arrojo la foto, al ver la imagen era…e…er..era ella ….llorando pregunte ¿Porque?..Prueba tu lealtad y hazlo, solo es alguien mas, un absurdo bulto menos para la humanidad, empuñe mis manos y caí de rodillas, temblando volví a preguntar ¿Porque? – Simplemente hazlo o morirás…Desgarre mis ropajes y dije: Hazlo ahora mismo, mátame!!...Lo haría pero antes te diré, que si tú no la matas, alguien más lo hará y por tu cobardía ella sufrirá aun más… Yo respondí: Que…qu..que clase de monstruo eres?
- Y lo harás? … Sin responder, agachando la cabeza me marche del recinto.
Llegue a mi casa , sin saber que hacer, me senté en el sillón, de manera indiferente observe a mi amor, me oculte en el sótano, al caer la noche emergí para contemplar su sueño y bese por ultima vez su candente boca, sentí aquella ultima exhalación como si se tratase de un suspiro, y allí en medio del lecho blanco, donde tantas veces le había amado, le arranque su alma, con una leve cortadura en su hermoso cuello, y habiendo manchado de bermellón el cielo, y habiendo llorado en compañía del doloroso tormento, bebiendo vino rojo cual implacable vampiro succionador, levante a los ojos al cielo y dije nuevamente¿ Por que? Tome su cuerpo, le bese y le vestí de gala, borre las manchas de mi crimen, y mire en el espejo el rostro del canalla que me la robo, y confiando en aquel reflejo. M e vestí como a diario, teniendo mas clara que nunca mi misión, me arrodille frente a ella y le pedí perdón, te amo, pero mi amor te ha asesinado, tome su blanquecina y fría mano, rose mi rostro para encontrarme con la helida bofetada de la tortura, de no sentir su calido amor fluir por sus venas, aquella caricia fue como si una daga tajara mi corazón, el dolor de los espinosos abrojos que envolvían mi alma, carcomían mi mente, corroían los trozos que quedaban de mi corazón, y sin poder levantarme enajenado por mi propio sentido, se volcaba mi mente en el vértice negro, sentía a la ausencia besarme en el cuello y a la seductora soledad llamarme a refugiarme entre sus garras…Rueda una lagrima de mis ojos, muere la ultima pizca de cordura que le quedaba a mi cerebro y de la misma botella de la que emanaba el rojo vino, alucinógeno calmante de mi dolor, al arrojarla contra el suelo, el estallido de miles de fragmentos de cristal; en aquel infame estado tome entre mis manos un trozo de aquel transparente material, y una y otra vez lo clave contra mi pecho, recordando como le había robado la luz a mi estrella guía, alucinando entre el recuerdo de miles de pobres seres que cayeron en las garras de este egoísta …¡Asesino!¡ Asesino! Gritaba una y otra vez, me miraba el espejo y sonreía entre lágrimas, me revolcaba en mi propia sangre, al fin el último golpe que me infundí, callo el estrepitoso tormento de mi latido. Cerré los ojos y con mi último aliento, dije: Andrea Te amo… que mi sangre pague lo que mi alma no pudo…
M i redención, es que aunque yo arda en medio de tortuosos lagos de lava y taciturnos horrores, Tu serás por siempre un ángel en el paraíso, y aunque nadie lo comprenda tuve que incinerar mi corazón para poderte demostrar mi amor, solo cuando mi corazón callo de mis manos, pude entender en realidad que era sentir amor.
Y mientras estas ampollas desangran mi esperanza, cada día rogare para volver a ver a mi amada….
Aunque la eternidad borre de tu mente este amargo recuerdo, en mi alma, jamás morirá este sentimiento.
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